Aunque la teoría de la tectónica de
placas fue formalmente establecida en los años 1960 y en los 1970, en realidad
esta es producto de más de dos siglos de observaciones geológicas y geofísicas.
Por ejemplo, en el siglo XIX se observó que existieron numerosas cuencas
sedimentarias en el pasado de la Tierra, con espesores estratigráficos de hasta
diez veces los observados en el interior de los continentes, y que estas fueron
deformadas posteriormente por procesos desconocidos originando cordilleras
montañosas. A estas cuencas se les denominó geosinclinales y al proceso de deformación orogénesis. Otro descubrimiento del siglo XIX fue la documentación de
una cadena montañosa o "dorsal" en medio del Océano Atlántico
que observaciones posteriores mostraron que se extendía formando una red
continua por todos los océanos.
Un avance significativo en el
problema de la formación de los geosinclinales y sus orogénias ocurrió entre 1908 y 1912
cuando Alfred Wegener
propuso que las masas continentales estaban en movimiento y que estas se habían
fragmentado de un supercontinente que denominó Pangea. El movimiento de las masas continentales deformarían los
sedimentos geosinclinales acumulados en sus bordes levantando nuevas cadenas
montañosas. Wegener creía que los continentes se deslizaban sobre la superficie
de la corteza bajo los océanos como un bloque de madera sobre una mesa y que
esto se debía a fuerzas de marea producto de deriva de los polos. Sin embargo, pronto fue demostrado que estas
fuerzas son del orden de una diez millonésima a una centésima de millonésima de
la fuerza de gravedad, lo que hacia imposible que estas pudieran plegar y
levantar las masas de las cordilleras montañosas.
La teoría de la tectónica de placas
explicó finalmente que todos estos fenómenos son manifestaciones de procesos de
liberación del calor del interior de la Tierra. Hay cuatro procesos a los que
debemos dicho calor:
1) El más importante es la
desintegración de los elementos radiactivos que hay en el manto terrestre y que
son fundamentalmente: potasio, uranio y torio.
2) Los residuos del calor original que
la Tierra adquirido durante su formación.
3) Calor debido al rozamiento por la
gravedad que hace que los elementos pesados se desplacen hacia el centro y los
ligeros hacía arriba, al hacerlo, rozan y la fricción produce calor.
4) Al enfriarse el núcleo aumenta de
tamaño, algo similar a lo que ocurre con el agua al enfriarse, y al hacerlo
desprende calor.
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